El copeo maratónico

Pues ni modo, como no tengo nada más que relatar, voy a escribir sobre la vez del copeo maratónico patrocinado por Pikis y Lors. (Las primas claro que si)
Eran aproximadamente las 2:00 de la tarde, mi prima Citlalli a.k.a Cacha y yo estábamos esperando a ver a donde nos llevarían esta vez, puesto que casi toda la semana nos la habiamos pasado en su casa nadamás comiendo paletas de chamoy. Al fin, llegaron por nosotras. Iríamos a "El 76", un lugar cercano a la UNAM, que es..bueno, no es un bar, pero venden MUCHAS cervezas, quesadillas y gorditas, entre otras cosas. Pero antes dejenme dar la descripción del lugar: Era como una bodega, con mesas y sillas, y al fondo otro cuarto con cajas y cajas de cervezas. Después, estaban los "baños" (mas precarios que nada por supuesto) y un "patio" lleno de cachivaches.
No voy a inferir mas en la decoración, puesto que una imagen lo dice todo:















Vea usted. Amarrada con cuerdas. Y aquí está el menú de las comidas:















Imagínese, asi han de estar las "kekas de choriso"

No soy fan asidua de la cerveza, de hecho no me gusta, pero al tener un precio tan atractivo ($7.50) accedí a beber algunas. Bueno, después de estar un rato en el 76, salimos a comer al "Pasillo de la muerte" (un lugar donde comes bien por 20 pesos, pero te arriesgas a una salmonelosis o un dolor de estómago tremendo acompañado por diarrea como mínimo).

Al acabar de comer, nos dirigimos a casa de Brenda, a seguir bebiendo. Fue un recorrido largo con música parecida a Polymarchs de fondo, pero al fin llegamos. Ahi estuvimos un ratote, bebiendo (para que inferir), jugando dominó y platicando, hasta que se decidió que iríamos a una fiesta.
Dicha fiesta fue en un terreno con "lona anti-lluvia" (así decia la invitación). Lo primero que noté al llegar a la fiesta fue la bola brillosa de esas que ponían en las discos de los 70's, contrastando totalmente con el terreno (mal gusto, pues). Y ADEMÁS, estaba en ese momento la canción de "What a feeling". Uno sentía que retrocedía 20 años.
Por supuesto, en ese momento empecé a sentir los estragos de la comida, me dolía un poco el estómago, y decidí no moverle más a la bebida porque de ninguna forma entraría la baño. Jamás. Y lo peor, que tal si vomitaba rojo?
Después el terreno se empezó a llenar, pero nos fuimos al cabo de un ratito. Y ahí acabó todo.

Bueno, eso era todo, el próximo sabado supongo que habrá otra.

Me despido, y el perro feliz también: